Consideremos las dificultades como peldaños hacia una vida mejor.

 ¡Hola! Bienvenidos a este mi pequeño espacio. 

Mi nombre es Alicia Titos, y estudié el grado de Historia y Ciencias de la Música y Tecnología Musical en la Universidad Autónoma de Madrid, y procedo de una ciudad al sur de la misma provincia, Móstoles, que tiene una mala fama bien merecida.

 

En lo que se refiere a mi vida estudiantil, nunca he sido una alumna de buenas notas por muy aplicada que pueda parecer. Odiaba el colegio y el instituto, puesto que el método vigente de enseñanza que consiste en repetir como un papagayo no es lo mío, sino que necesito comprender las cosas, saber por qué las cosas son como son y por qué funcionan así.

 

Cuando tenía unos 13 años me apunté a danza y fue una experiencia maravillosa que duró tan solo cuatro años a consecuencia de una “lesión” en las rodillas y estuve casi tres meses sin poder andar. Fue en ese momento en el que decidí coger la guitarra que mi madre guardaba en el trastero desde hacía más de veinte años y comenzar a aprender algo que pudiera hacer sentada. Para mí simplemente era sentir la música de otra manera distinta. Con el tiempo me apunté a academias de música y así comenzó mi interés más serio en comprender cómo podía ser que existieran unas reglas para hacer que la música sonara bien o mal, lo que conocemos por armonía.

 

Cuando estaba cursando segundo de bachillerato de sociales yo no tenía nada claro qué era lo que quería hacer con mi vida, hasta el justo momento en el que mi hermana me enseñó que había una carrera universitaria de música. Si no entraba en esa no quería entrar en ninguna. Finalmente conseguí entrar en mi carrera soñada y me di cuenta de que no sabía absolutamente nada de música, y que muchos de mis compañeros ya llevaban en sus hombros diez años de conservatorio, y que evidentemente no iban a adaptar el nivel de las clases a la gente como yo. La carrera fue muy dura para mí, pero a la vez muy satisfactoria ya que realmente estudiaba aquello de lo que quería aprender. Para que me comprendáis, la musicología está más orientado al estudio teórico de la música, y el conservatorio al práctico. Y como cualquier persona que se dedica al arte, he recibido comentarios tales como "estarás muy contenta estudiando eso, la música solo hay que disfrutarla" o incluso comparaciones con niñas que hacen tik toks, porque la gran mayoría de gente, aunque consume música, no le presta atención o no le da importancia.

 

Yo creo que hay un tipo de personas con el cual me identifico, en el que somos gente que cuando nos da por un tema no hay prácticamente nada más en el mundo, solo leemos sobre eso, solo hablamos de eso… hasta que nos encontramos con otro tema nuevo. Entre otras muchas cosas, me gusta muchísimo saber de historia de la música y hablar de ella, y creo que tengo la capacidad de comunicarla de una forma amena. He participado en varias revistas, como Nuevas Frecuencias (https://nuevasfrecuencias.es/cuando-la-musica-se-hizo-arte) o la revista de música de mi universidad (https://revistamusicaauton.wixsite.com/musicaautonoma/single-post/fondo-de-música-tradicional-proceso-de-digitalización-y-catalogación).

Las prácticas curriculares las cursé en mi antiguo instituto, di clase de historia de la música a ocho grupos de 3º de la ESO y aunque fue muchísimo trabajo, fue un momento en el que creo que aprendí más que enseñé, para mí fue una experiencia maravillosa con la que me dí cuenta de que esto era lo mío, es por ellos que elegí este máster.