El tutor perfecto.

 

Hablemos sobre las capacidades y la personalidad que debe tener un tutor para conseguir hacer bien su trabajo.



Un tutor debería ser una persona paciente, conciliadora, resolutiva, disponible, comprometida con su trabajo y sus alumnos, discreta, intuitiva, atenta, mediadora y competente. En un trabajo como este se hace necesario desarrollar la escucha activa, la asertividad y la empatía. Tiene que ser consciente de la valía curricular que tienen las tutorías para los alumnos, así como lo importante que es hacer ver a los alumnos que cuentan contigo para comunicar cualquier problema que se esté dando en el aula.

En mi opinión, para que un tutor/profesor pueda saber qué es lo que hace mal o saber qué puede mejorar, es muy buena opción enviar un cuestionario a todos sus alumnos, para que escriban de manera anónima sus opiniones de forma sincera. Pero me gustaría dejar claro que, es fundamental que el profesor haga el esfuerzo de atender esas reseñas, ya que si no, no valen para nada. 

Para mejorar es necesario tener ganas, ya que no se puede aprender de quien no quiere enseñar, y por desgracia hay demasiados tutores y profesores que no quieren enseñar.

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